domingo, 26 de febrero de 2012

Grupo Ernest, música de calidad

Paseando por Preciados escuché unas voces impresionantes. Eran geniales. Cuatro chicos cantando canciones muy conocidas y que sonaban perfectas. Tenían un corro de gente que les rodeaba que era bastante considerable. Paré mi paseo y estuve un rato escuchándoles, la verdad es que se merecen triunfar a lo grande.

Quizás fueron tres cuartos de hora, no sé, unas cuantas canciones lo que estuve allí. Pero rápidamente te enganchaban. Esperabas con atención las primeras notas de la siguiente canción y, ¡también era buenísima!

Fue un rato muy divertido. Se les notaba disfrutar con la música y conseguían contagiar ese entusiasmo a toda la gente que estábamos ensimismados escuchándoles.

Aquí os dejo un vídeo para que juzguéis vosotros mismos.



sábado, 25 de febrero de 2012

Público cierra su edición impresa

La visión crítica de la actualidad dice adiós. La izquierda sigue perdiendo fuerza y las voces progresistas van quedando desplazadas. Parece que el estilo burgués se apodera de España. ¿Por qué? ¿Somos grandes emprendedores? ¿Destacamos por nuestro gran nivel de vida a nivel general? ¿Tenemos una cantidad de derechos y condiciones laborales envidiables y dignas de exportar a otros países? La respuesta, aunque triste, es que no. No destacamos por ninguna de estas cuestiones. Los españoles vivimos casi al día. Las cuentas de ahorro no suelen estar sobradas. Los trabajos por regla general son penosos. Es decir, malos sueldos y malas condiciones en cuanto a derechos. ¿Por qué hay un sentimiento tan extendido de que lo conservador, lo privado, lo burgués es mejor? ¿Por qué los empresarios siempre ganan? Hoy un pedacito de la voz más progresista de este país desaparece, en parte.


Diario Público en los quioscos (imagen de Publico.es)

El diario Público desaparece de los quioscos y con ello se va el aire fresco que quedaba en la prensa española. Nacieron con ganas de hacer pensar a la gente. De ser críticos. De lograr hacer ver al ciudadano qué es lo que realmente pasaba en España y en el resto del mundo. Analizaban todo lo que ocurría, apoyaban a los trabajadores y criticaban duramente todo aquello que resultaba injusto.

En España hacía falta más prensa de ese estilo. Los grandes diarios necesitan dejar un poco de lado las ridículas batallas en las que a veces se ven inmersos por defender algún ideal en concreto y deberían optar por analizar, informar y explicar la actualidad, sin más.

Los periodistas tienen en sus manos ser los mediadores de los grandes acontecimientos sociales. Es una posición privilegiada. Entre los gobiernos y los ciudadanos. Entre los empresarios y los trabajadores. Son arriesgados ojos en terribles guerras en diferentes países. Y privilegiados ojos en acontecimientos culturales, deportivos u otros. En definitiva, son 'el cuarto poder'. Los medios de comunicación tienen una influencia importantísima. Quizás no todos los ciudadanos se reparan en este aspecto. Pero sí lo hacen los grandes políticos o diversos colectivos que intentan, en la medida de lo posible, agradar a este poder. Una mala o buena crítica puede llegar a mucha gente. Y, en mayor o menor medida, puede influir en el transcurrir de los hechos.

Es por eso que los medios de comunicación deben ser libres. Por supuesto son empresas. Y como en el caso de Público este tema ha podido más que la magnífica función que cumplían en el panorama de la  comunicación española. Pero de todo este triste suceso lo que debe permanecer es que es posible hacer periodismo bueno y de calidad. Es posible llegar al ciudadano y poder informarle y explicarle de manera sencilla y detallada lo que ocurre a su alrededor sin necesidad de estar totalmente pringado en mensajes políticos.

Ahora público podrá seguir leyéndose en Internet pero, quizás, lo que muchos sigamos considerando es que jamás debió desaparecer su edición impresa.

 
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