jueves, 10 de marzo de 2011

El fin de una época, de Iñaki Gabilondo

El fin de una época, así se titula el nuevo libro de Iñaki Gabilondo. Una vez más el periodista ha sabido transmitir los valores que implican ser periodista. Quizás, últimamente esta emocionante profesión se está viendo desvirtuada por ciertas prácticas que, en realidad, se alejan mucho de la esencia del periodismo.

En la facultad se transmiten unos valores que posteriormente en la vida laboral suelen estar poco presentes. Es decir, la ética de la que el gran comunicador habla en su impecable libro deja mucho que desear en ciertos profesionales que gozan de gran prestigio o, mejor dicho, de cierta popularidad y demasiada remuneración económica.


Iñaki Gabilondo (imagen de publico.es)

En el periodismo no vale todo. Lo importante es informar y, como muy bien dice Gabilondo en su libro, lo indispensable es tener en todo momento en cuenta que para un periodista es fundamental que existan oyentes, lectores, televidentes, en definitiva, receptores de mensajes periodísticos. Es por y para ellos para los que los profesionales de la comunicación deben trabajar duro. ¿Realmente eso ocurre en la actualidad? ¿Los grandes medios, las grandes empresas de comunicación, los grandes empresarios dedicados a gestionar este tipo de negocios se preocupan de que la sociedad reciba productos buenos, es decir, contenidos interesantes?

Esas cuestiones para los veteranos probablemente tenga una inmediata respuesta, no. Para los más jóvenes periodistas puede que también sea en sentido negativa la respuesta. Muchos periodistas salen (salimos, porque me incluyo entre ese grupo) ilusionados con la que va a ser su profesión. El periodismo no se elige en la mayoría de los casos por afán de hacerse millonario. Sólo unos cuantos consiguen alcanzar un éxito que realmente proporcione unos cuantiosos beneficios. El resto debe conformarse con poder vivir de la profesión que ha elegido, en muchos casos de manera vocacional.





El periodismo es una manera de entender la vida. Es pasear por la calle y observar al que va al lado, ir en el metro y recordar a muchos pasajeros que día tras día ves y observas cómo actúan. Es caminar por el centro de una gran ciudad y contemplar zonas de un altísimo nivel económico con gente sin ningún tipo de recurso tirada en la calle y pasando desapercibida por una gran parte de los viandantes. En cada uno de esos momentos el periodista piensa en escribir, narrar, en definitiva contar a la sociedad lo que pasa realmente en el mundo. Todo eso puede ser una noticia. Puede formar parte de algún interesante reportaje. Cada uno de esos individuos tiene una historia que podría resultar interesantísima para muchos sectores sociales que acuden a los medios de comunicación para asomarse a esa pequeña ventana que les refleja lo que pasa cerca y lejos de ellos.

Gabilondo reflexiona sobre el periodismo actual, sobre el estado de la profesión, sobre sus vivencias en los diferentes puestos que ha ocupado, sobre ciertos colegas de profesión. Todo desde el más sincero respeto y con la mayor profesionalidad. Desde luego se trata de un libro muy recomendable para quienes ya son periodistas y para quienes están estudiando para serlo.

De los grandes comunicadores siempre hay algo que aprender. Escuchar o leer a Iñaki es motivo de  alegría ya que, quien atiende a sus palabras puede sacar infinidad de conclusiones y miles de cuestiones propicias para una reflexión profunda.

El fin de una época es, quizás, uno de los mejores libros que pueden pasar por las manos de un amante de la lectura y un vocacional periodista. Quizás aquellos que trabajaron o que trabajan a su lado puedan gozar de clases magistrales a diario, los que no hemos tenido ese placer tenemos que conformarnos con seguirle a través de su trabajo y dejarnos empapar como esponjas del conocimiento que uno de los mejores periodistas españoles nos aporta en cada una de sus apariciones profesionales.

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