domingo, 9 de mayo de 2021

A lo que tú llamas libertad yo le llamo simpleza

Hoy mucha gente alucina, no cree que lo que ve en las noticias pueda ser verdad. Pero sí señores, es verdad. La gente ha salido a la calle sin pensar que la pandemia sigue ahí. Había gente sin mascarillas, sin distancia de seguridad, gritando y bebiendo. ¿Es eso libertad? 

Al parecer España tiene un concepto peculiar de esa palabra. Según la RAE en su primera acepción del término dice que libertad es la "Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos"

Y la pena de todo esto es que lo que parecía ser una campaña a nivel autonómico ha tenido eco a nivel nacional. De ahí que se vea el estado de alarma como algo represor en lugar de un instrumento válido para poder luchar contra este terrible virus. Sin embargo, en Madrid el PP con su candidata ha hecho una campaña usando la palabra libertad unida a unos conceptos, quizás, poco simbólicos históricamente para ese término.

La libertad ha sido algo que a lo largo de la historia los distintos pueblos han tenido que luchar mucho. Los trabajadores lucharon por sus derechos, por esa libertad. Los esclavos también tuvieron que luchar para lograr esa ansiada libertad. Actualmente mucha gente sigue luchando por la libertad, por ejemplo, quienes salen de sus países para buscar un futuro mejor arriesgando sus vidas, quienes luchan por su libertad sexual... Muchos políticos también han tenido que luchar por esa libertad para poder expresar sus ideas. Y, sin embargo, siempre ha habido quienes han lanzado al pueblo conceptos extraños sobre la libertad.

En este caso en Madrid y desde Madrid al resto de España y al mundo se ha lanzado la idea de que en Madrid se necesitaba libertad... Una candidata que ya estaba gobernando y cuyo partido lleva un buen número de años con el poder en la comunidad. Esto hace reflexionar de la siguiente manera: ¿No había libertad antes de que se convocaran elecciones anticipadas en Madrid? ¿Madrid lleva muchos años sin libertad? La respuesta es no. Por supuesto que hay libertad. Tanto en Madrid como en España. Porque ni el Gobierno limita la libertad ni en las comunidades se ha limitado la libertad. Aquí el problema es que la sociedad es caprichosa y según qué líderes parecen confundir términos. Libertad no es tomarte una caña, tampoco lo es salir del trabajo y tomarte una caña, tampoco es libertad pasear por una ciudad y no encontrarte con tu ex... Eso son simplezas y mensajes vacíos. Tampoco es libertad abrir un bar si los expertos sanitarios te dicen que eso no ayuda a eliminar el virus, porque de momento, que se sepa hay que quitarse la mascarilla para beber o comer y justamente eso es lo que es problemático. ¿De verdad que la sociedad es tan infantil? ¿No hay capacidad de frustración? ¿Es imposible estar un año respetando unas normas para intentar que no mueran la vergonzosa cantidad de personas equivalente casi a un avión o dos diarios?

Libertad es mucho más. Es poder irte a dormir y saber que has puesto tu granito de arena para que el problema se solucione. Es empatizar con quienes lo pasan mal y pierden familiares. Es respetar las normas. Es que te respeten si respetas las normas. Es vivir en sociedad y ser solidario. Es no ser individualista y pensar en el conjunto. Es no pensar que beberte una caña te hace libre. Te hace libre ser persona. Sentir y actuar con responsabilidad, ya seas un líder político o un ciudadano.

viernes, 5 de febrero de 2021

Sociedades avanzadas en continua involución

La política tendría que ser el instrumento para hacer la convivencia en sociedad algo sencillo. Una herramienta que lograra llegar a puntos de encuentro entre posturas alejadas. Un marco de diálogo en el que discrepar fuera enriquecedor. La discusión argumentada es algo completamente deseable. El aprendizaje del ser humano depende de su predisposición a escuchar y a alcanzar acuerdos por un bien superior que es la comunidad.

Todo esto queda tan alejado de lo que a día de hoy se vive en el panorama político... Los y tú más y las negativas a llegar a acuerdos porque eso puede hacer perder votantes de los de "toda la vida".

Y, sin más, ha llegado una pandemia. La cual ha puesto a prueba al ser humano, al sistema económico por el que se había apostado mayoritariamente y a las sociedades. Y el resultado ha sido tremendamente desolador. La realidad es que este sistema económico es bochornosamente injusto, el ser humano es egoísta hasta niveles insospechados y las sociedades son todo menos comunidades que actúan en conjunto por un bien común.

Se ha demostrado que la gente busca su propio bienestar aunque ello suponga un mal para el vecino. Que los políticos tienen una baja formación para poder lidiar con problemas tan importantes y al final quedan reducidos a personas de partido que buscan votos sea cual sea el momento y caiga quien caiga con según qué actuaciones.

La moraleja de toda esta historia que estamos viviendo sería algo así como... No hemos aprendido nada, nos acordamos de la ciencia cuando la necesitamos y solo para que nos dé una solución a nuestro problema y poder seguir viviendo. Apartándola cuando ya no sea necesaria a corto plazo para poder seguir con nuestra vida individualista, en la que el bienestar propio está por encima del sentido de comunidad que nos haría buscar la manera de vivir pudiendo prever desastres de manera conjunta y organizada. 

La política se usa mal y gana la partida al conocimiento, a la ciencia. Hace más ruido, quizás. En ella se arrojan ideas retorcidas y equívocas en muchas ocasiones para poder crear según qué opiniones. Es por eso que ese lugar de encuentro resulta tan lejano. Es por eso que queda mucho por aprender, mucho para poder crear una democracia sólida que dé soluciones y tenga una buena base con pilares sólidos que haga de nuestro país un lugar puntero. La ciencia, la educación, la sanidad, la conciencia de comunidad harían que de verdad esto fuera una auténtica patria. No esta que algunos defienden con banderas e ideas retrógradas que nos llevan al pasado. 


 
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