jueves, 15 de noviembre de 2012

Huelga General, Manifestaciones multitudinarias y un Gobierno ciego y sordo

Huelga general y Manifestaciones multitudinarias. El Gobierno no quiere verlo pero la sociedad se echa a la calle y grita fuerte para que se enteren de que la pérdida de derechos es un fracaso para esta nación.


Imagen manifestación en Madrid (imagen elpais.com)

Madrid estuvo volcada con las movilizaciones pero el resto de ciudades no se quedaron atrás. España hizo lo que tenía que hacer, demostrar que el Gobierno está equivocado, que la patronal también lo está, que muchos medios de comunicación también lo están. De los dos primeros no nos podemos sorprender pero de los últimos, a pesar de que todo medio de comunicación no deja de ser una empresa sorprende que no se intente mostrar la verdad. Es decir, si mucha gente sale a la calle a protestar no hay vuelta de hoja, son muchos y están en la calle protestando. Si los piquetes salen a la calle a intentar informar y convencer a sus colegas trabajadores de que la huelga es necesaria y que deben unirse a ella, es eso lo que ocurre, no que un grupo reducido de piquetes están involucrados en algún conflicto y, por lo tanto, que todos los piquetes son salvajes. Tampoco es lógico que se publique la cantidad de policías que resultan heridos en los altercados de las movilizaciones y que no se refleje que un niño es golpeado por la policía y tiene que ser atendido por la brecha que le hacen, o que a una muchacha menor, por decir que ese chaval es menor y que dejen de golpearle, también le sean propinados empujones y porrazos.


Es decir, este país da miedo. El Gobierno no protege al pueblo. No da seguridad. Sus medidas asustan y recuerdan tiempos del ayer en los que los ciudadanos poco o nada tenían que decir porque nadie les iba a escuchar.

La policía da miedo, no da seguridad. El Gobierno les da demasiado poder y ellos abusan de dicho poder. Nunca se sabe cuándo vas a recibir un palo en una manifestación aunque sea pacífica y simplemente algún grupo reducido provoque algún altercado.

Los medios de comunicación que normalmente tienden a la derecha, igual que sus periodistas y tertulianos son más de derecha si cabe. Para el periodismo eso realmente es una vergüenza, la opinión se mezcla con la información. Los intereses o afinidades políticas se cuelan dentro de las noticias y son reflejadas de la peor de las maneras en periódicos, emisoras de radio y canales de televisión. Como periodista siento vergüenza al ver cómo esta digna profesión es degradada por unos cuantos que no saben hacer honor de lo que realmente es ser un informador, un mero mediador entre la noticia y el público.




España da demasiado poder a quienes no lo merecen, y ese poder pasa a abuso sobre los que están por debajo de aquéllos con mando. Por ejemplo, el Gobierno con su mayoría absoluta hace lo que le sale del moño. Qué les importa lo que la oposición diga, qué les importa lo que el resto de partidos digan, y por supuesto, nada les importa lo que la ciudadanía diga. Como ejemplo no tomarse en serio una huelga general y las multitudinarias manifestaciones por toda España. Se pueden poner más ejemplos de abusos. La policía se siente muy respaldada. De hecho actúan de manera bestial contra los ciudadanos en las movilizaciones. Persiguen a la gente y golpean sin ton ni son. Es un poco un juego de azar. Ellos persiguen y golpean, ya si es una persona involucrada en el conflicto, que se supone quieren parar, o no parece ser que no importa, si el golpeado era un simple turista o un simple viandante pues mala suerte. Y finalmente, los empresarios, esos seres todopoderosos que se sienten con la sartén por el mango. Grandes, medianas y pequeñas empresas, las injusticias se dan en todas. El miedo se nota en muchas de ellas. Los empleados son como máquinas que trabajan más de lo que deben por menos y con la boca cerradita porque si no su nombre se grita a los cuatro vientos como posible despedido. Aluden a falta de volumen de trabajo pero en muchos casos no es así. Ellos mismos dicen que el Gobierno se lo pone fácil. Y tienen razón. Actualmente los trabajadores no son más que meros peleles en manos de sus jefes. Es triste pero es así. La gente no puede faltar por una huelga porque pueden ser despedidos, no pueden ponerse malos porque pueden estar de patitas en la calle sin mediar palabra, no pueden rechistar decisiones porque el empresario impone y listo, no pueden tener contratos dignos ni acordes a sus estudios o capacidades profesionales porque el Gobierno de derechas que rige este país ha decidido que la crisis se ataja dándoles el poder a quienes ya lo tenían. Empresarios, banqueros, políticos corruptos, gente sin escrúpulos que juega con los ciudadanos como si de una partida de ajedrez se tratara.

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