lunes, 15 de febrero de 2010

Érase una vez... Los Goya

Se abre el telón y aparece un gran elenco de actores, actrices y demás miembros del mundo del cine. La función comienza y los Goyas empiezan a desfilar por aquel escenario lleno de talento. Celda 211 y Ágora triunfan, Penélope no se lleva el Goya, reaparece en la gala Almodóvar, hubo de todo en el espectáculo.

Las dos películas más galardonadas eran reconocidas como dos grandes obras. Amenábar supo crear una película genial con Ágora, estaba hecha a lo grande, contaba con una gran estrella como protagonista y en taquilla el éxito fue incuestionable. Celda 211 es una historia apasionante, completamente diferente a lo planteado por Amenábar, pero no por ello menos brillante. El Goya al mejor actor protagonista fue para Luis Tosar, el temible 'Malamadre'. El papel fue brillante y, realmente, este personaje hace que Celda 211 tenga personalidad propia. Ciertamente, las dos películas hacen que el cine español sea más querido por el público. Estos dos directores han sabido hacer películas fuera de los tópicos que atrapaban al cine español y que lo infravaloraban de tal manera, que parecía no poder progresar y amoldarse a los nuevos tiempos.


No se puede obviar el papel de Buenafuente en esta entrega de premios, ya que sin él no hubiera sido quizás tan exitosa. Además, le dio un toque muy personal y crítico cuando se atrevió a dirigirse a la Ministra González-Sinde diciéndole: "Ministra, bajaría a saludarla, pero no me atrevo a bajar nada delante suyo". Esta Gala de los Goyas fue la más vista de la Historia con más de 4 millones de espectadores. Así que, ya sabe la Academia, más humor, más Buenafuente, y menos politiqueo.

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