domingo, 9 de mayo de 2010

Una ciudad con un toque francés

Montreal es la ciudad más grande de Quebec. Se localiza en la isla del mismo nombre, entre los ríos San Lorenzo y Rivière des Prairies. Montreal viene de Mont-Royal y así es como se llama el monte que hay en el centro de la isla. Es un lugar genial para pasear o reunirse con los amigos para disfrutar los domingos por la mañana del espectáculo que se organiza con los tam tams como protagonistas.

Montreal es una ciudad americana, quizás, algo atípica. Empieza a no dejarse invadir en exceso por los rascacielos y adopta construcciones más similares a las europeas. Aún así posee rascacielos realmente bonitos. Pasear por sus calles es sentirse medio en América medio en Francia. Los nombres de las calles están en francés, sus iglesias también, incluso tienen un "Notre Dame".


Montreal visto desde Mont-Royal (imagen de Rosa)

La forma de vida allí es la habitual en Canadá, es decir, son gente muy educada, que apuesta por estudiar y formar a sus ciudadanos, integran estupendamente al extranjero y es admirable ver la multiculturalidad que existe entre sus habitantes.

Montreal es un buen lugar para ir de vacaciones. La vida nocturna es animada, como ocurre en otras ciudades canadienses la organización de festivales es algo muy habitual y, además, se puede disfrutar de una gran variedad gastronómica. Al ser una ciudad con tanta mezcla racial la diversidad del tipo de cocina es impresionante. Por supuesto cuentan con platos típicos de allí, quizás uno de los más curiosos es la denominada poutine. Es un plato poco ligero, no demasiado elaborado, pero está bien para picar.

Así que, si quieres visitar Canadá y no quieres despegarte del todo del ambiente europeo acudir a Montreal es ideal. Además, podrás averiguar que es la famosa poutine.

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