Es impotencia la horrible sensación que se tiene al ver cómo la gente muere en la guerra sin saber muy bien desde dónde le han lanzado ese terrible disparo fatal.
Un vídeo publicado por la organización Wikileaks saca a relucir cómo se mató a un fotógrafo de Reuters en Bagdad. El documento deja en entredicho la versión oficial aportada por el ejército estadounidense. En la grabación se escucha la conversación mantenida en el helicóptero y se ve el ataque sufrido por quienes están en tierra firme.
¿El Ejército estadounidense actúa en todo momento con la suficiente profesionalidad?¿tienen unas pautas claras marcadas? ¿son los medios de comunicación unos invitados incómodos de atender en los conflictos bélicos? Al parecer muchas veces en las guerras vale todo y los militares en ocasiones pueden perder su objetivo marcado y dejarse llevar por el trepidante curso de los acontecimientos. Pero eso no es justificable. Un militar debe tener claro cuál es su trabajo y, por supuesto, saber cómo no sobrepasarse en sus actuaciones.
Es sospechoso que tantos periodistas, fotógrafos y demás miembros de los equipos que forman los medios de comunicación desplazados a estas zonas bélicas acaben falleciendo por supuestos fallos o motivos poco claros en diferentes guerras. Ocurrió con el fotógrafo de Reuters como en su momento pasó con Julio Anguita Parrado, corresponsal de El Mundo, o con José Couso, cámara de Telecinco. Estos profesionales estaban realizando su trabajo. Se encargaban de ejercer de ojos de muchos ciudadanos que cada día dedicaban un rato a leer el periódico o a ver las noticias en la televisión para conocer que terribles sucesos estaban teniendo lugar en una absurda guerra. Estos valientes se metían en el epicentro del conflicto, sobre ellos sobrevolaban balas y demás artefactos propios de un conflicto bélico, pero, sin embargo, ellos contaban con un sexto sentido que les hacía esquivar todo aquello para poder hacer buenas piezas, buenos artículos, en fín, buena información para que la ignorancia en la que los poderosos quieren que vivan las naciones fuera combatida con buenas dosis de información de primera mano.
Es justo que se siga luchando por esclarecer hechos como estos. Muertes evitables, pero que sin embargo, fueron inevitables porque en ocasiones parecen confundirse los objetivos de las indiscretas cámaras con armas de fuego que, con seguridad, podrían duplicar en tamaño a las primeras. La información es fundamental y el derecho de toda persona a estar informado es indudable.
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